Sonríe, aunque estés triste, porque más triste que una sonrisa triste es la tristeza de no saber sonreir.

22 de diciembre de 2011

Ley de vida

Después de algún tiempo tú aprendes la diferencia entre dar la mano y socorrer
un alma, y aprendes que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre
significa seguridad, y comienzas a comprender que besos no son contratos y
regalos no son promesas, y comienzas a aceptar tus derrotas con la cabeza
erguida y los ojos adelante, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de
un niño.

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